RelojesWeb.com
Cochambre inaudita: 27/05/07

viernes, junio 01, 2007

Malos recuerdos.

No, no voy a ir a esa fiesta que estáis organizando. No voy a ir porque no me da la real gana. No os aguanto ni a ti ni a los demás, porque me pongo malo cuanto os veo. Nadie me obligará a ir a un sitio al que no quiero ir por propia voluntad. No veo el momento de perderos definitivamente de vista. Cuando acabe el curso escolar no me veréis más y yo tendré el placer de perderos de mi vista. Bastante he tenido que aguantaros en todos estos días de curso. Ni loco vuelvo a poner los pies en este instituto. Mi madre tenía razón en aconsejarme que fuera a ese colegio en el que habían estudiado ella y sus hermanos. Pues no, tuve que elegir yo el peor sitio del mundo, con este rebaño de cabras locas, dignas de estar en el mejor psiquiátrico, cada uno de ellos con una locura diferente y a cual más enrevesada y peligrosa. La cosa es destacar, dar la nota siempre, machacar al prójimo y no dejarnos tranquilos ni un momento. Las clases siempre en desorden permanente, con gente de un lado para otro. Siempre con el insulto en los labios. Incluso entre ellos, como pequeños reyerzuelos que no permiten ni la más mínima libertad en el otro. Menos si eres diferente y no quieres seguir su modo de vida absurda, embrutecida y dominada por la ignorancia. Si sacaba mejor notas era porque yo era un empollón. Si hablaba con respeto a los profesores, porque era un pelota de mierda. Si hablaba bien a las niñas, yo iba de nunca he roto un plato pero era falso como Judas. Ni una virtud, ni un reconocimiento. Todo negativo a más no poder. Qué indiferente me parecía ya todo. Ni opinaba ni decía esta boca es mía en todas las clases. Me acostumbré a pasar desapercibido para ellos, la manada de lobos hambrientos que pretendían cebarse con el incauto de turno que era yo. Nunca les planté cara ni les dije nada ofensivo. Mejor el silencio y el desprecio pintado en mi mirada. Ellos sabían interpretar bien esa mirada y algunos hasta la intentaban esquivar cuando repentinamente cogían mi estuche de gafas, o mis bolígrafos y lo soltaban rápidamente haciéndose los bromistas cuando veían que algún profesor les estaba observando. Unos puñeteros hipócritas. Unos insoportables mequetrefes que no van a ser nada en la vida. Unos aguafiestas que no dejan vivir y disfrutar en el aprendizaje de los demás. Ellos se hunden, pues todos al fondo del mar. La mayoría dejará el instituto en este curso. Se van a ver si alguien les contrata de albañil. ¿Qué se creerán que van a encontrar en el mundo laboral? Me gustaría verlos en faena gritándole a alguien en el trabajo, que sacaran el gallito que hay en ellos y les plantaran en la calle. Ya les vale. Sí, que se anden con cuidado. Cómo disfrutaría viendo su sumisión allí, entre hombretones broncos de la vida real. La venganza mía estaría satisfecha. Eso sería el pago de tantos sinsabores y días tristes de todo un año de angustia ante unas burlas que no merecía ni yo ni nadie. No hay derecho. Este es el recuerdo que me llevaré de ellos. Por eso renuncio a celebrar un final de curso que no ha sido alegre ni enriquecedor para mi vida. Me iré de aquí sin despedirme de nadie. Me guardaré mi sentido de la amistad para más adelante. En otro sitio y con otra gente.

adopt your own virtual pet!
Google Maps Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.