Vive muy cerca de aquí.

No hay día que no salga a la calle que no lo vea: me refiero a T.R. Es casi vecino, aunque no viva pared con pared, vive muy cerca de aquí. Yo cuando lo veo parado en mitad de mi calle, empiezo a tener un poco de reparo. "Ya está ahí otra vez". Avanzo despacio y miro a todos lados con disimulo. Me detengo un rato enredando con el móvil, como si fuera a telefonear repentinamente. Todavía está lejos de mí y ni se ha percatado. Faltan como diez casas y ya no puedo quitar mi atención de su persona.¿Está apoyado en esa casa abandonada, con la de palomos que hay en sus balcones dejando perdidos a los que pasan por debajo? Sí ,allí está apalancado y ni pestañear, contemplando la casa que tiene enfrente, una consulta de un médico. Por esa puerta siempre hay un buen trasiego de gente que va o que viene a ver lo que le dice el doctor S. No puedo pasar por su lado sin decirle "buenos días" o "buenas tardes", según corresponda. Nunca "buenas noches", porque él nunca está por la calle de noche. Afortunadamente para los que pasan por esta calle: es de aspecto siniestro, el pelo largo y descuidado, la expresión del rostro muy seria y los ojos con mirada perdida, extraviada o en el limbo. Te mira, pero dudo de que te vea. Según he oído "está tocado". Sí así le dicen y así le tratan. Cuidado, no vaya a ser peligroso.