En el aula o en la jaula.

¿Y qué se ha creído ese panoli, que me voy a quedar en el recreo en el aula?, ya verás cuando se lo diga al tutor. Le contaré de pe a pa quién fue el que tiró la botella de Luisa y le dio al de música. Se puso chorreando, pero no es para tanto. Hoy apetece el fresquito con el calor que hace en esa clase, que parecemos piojos en costura allí arremolinados en aquellas sillas cochambrosas. Todo el instituto pasa por allí y qué asquito da entrar siquiera. Vaya condiciones, si te paras a pensarlo. ¿Y de quién es la culpa que estemos tan furiosos en la clase, que armamos barullo desde que entramos hasta que salimos? Del director, por habernos metido allí, en esa zahurda cutre. Ni más ni menos. Mi madre como se entere de que me castigan durante el recreo y no me como el bocadillo viene y la forma. No me deja volver con nada de comer, después de lo que pasó cuando estuve enferma, no quiere oírme decir que no como lo que me prepara. Ni castigo ni san castigo. Ya verás como se entere de que este soso de las narices nos deja sin recreo. Y encima mirándole el careto. Claro, y la chaqueta empapada. Que se fastidie, el muy imbécil. Todos le odian y él parece que disfruta con el malestar en la clase. Cómo se llega a poner, si parece que se le va a romper una vena del cuello cuando grita a Juan el Largo que se siente de una vez. Y cuando le cogió el MP3 al Gusi y se lo dio al jefe de estudios y tuvo que venir su padre a hablar para que se lo devolvieran. Qué pandilla de chorizos y aprovechados. ¿No es clase de música? Pues eso hacía el Gusi. No, va a escuchar a la tropa de aburridos clásicos que nos trae el colega este, cuando no trae música céltica, que duerme a las ovejas. Anda que el año que viene me van a ver por aquí. En febrero cumplo los dieciséis y desaparezco de esta jaula de locos. Aquí os quedáis con vuestras normas absurdas y vuestros castigos por enfados tontos tontísimos. La Vane pone cara de buena; será para que la deje salir al servicio, que se lo ha pedido hace una media hora y él, ni caso. Se va a enterar como se tenga que aguantar hasta la tercera hora. Y ahora que venga la Pelolacio de humor y la deje salir. Que anda ya un poco mosqueada con nosotras porque no traemos las actividades hechas. Ya ni puedo copiarlas de nadie. Desde que no viene Montse a clase, me quedo sin suministro diario y al final me cogerá y la que me va a caer es chica. A ver qué le digo. Lo de mi madre en el hospital ya lo he dicho muchas veces. A lo mejor cuela lo de ir con mi abuela al pueblo en los Santos. Ya veremos cómo nos la camelamos, que algo hay que hacer para aguantar el tipo con la profe más enrollada del instituto. La única que se preocupa por los de Diversificación Curricular, que para el resto somos los más tontos del universo. Ya está bien la cosa. Bueno, y el tutor este curso no está mal. Ya dejamos al Garbancito de una vez, que siempre nos tenía que tocar de tutor. Este sevillano es muy gracioso y parece que al ser nuevo quiere agradar al personal y se molesta en ayudarnos, el pobre. Pero no se ha librado del mote que le ha puesto Chufi y que le pega genial: Quiterio. Es que es igualito al cartero de nuestra calle. Si parecen gemelos, de lo que se parecen. Con las gafitas muy parecidas y esa medio calva. Quiterio mismo. Pero con mejor humor que el Quiterio de verdad, que tiene un genio de mil demonios cuando te trae lo que sea y parece que te lo regala él, de cómo se pone. A Quiterio ya le diré lo que nos está haciendo este musiquillo de tres al cuarto. Vaya manera de dejarnos castigados y encima todos callados como muertos. Qué se habrá creído este cretino. Se va a llevar la bulla cuando hablemos con Quiterio y nos quejemos todos en la hora de tutoría. Y le vamos a poner a caer de un burro en la sesión de evaluación con nuestras opiniones sobre cómo da las clases de mal, que no sabe ni enseñar, el estirado este. Se ha creído que esto es su cortijo o qué. Lo tiene claro con la clase de 3º B. Ay, la que te espera durante este curso, amiguito. La peña está que trina con él. A mí que me lo cuenten, que fuera del instituto se verán las cosas mucho más graciosas, y sin tener que sufrir ya nunca más los castigos.