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Cochambre inaudita: 11/03/07

viernes, marzo 16, 2007

Una hora diferente.

Nadie se explica cómo pasó.Inaudito lo de la hora de tutoría. Nunca nos habíamos portado así y ella no daba crédito. La íbamos a matar a disgustos, solía decir con desesperación cuando avisaba de partes firmados por ella. Qué curso le había tocado en suerte. El peor del instituto, con mucha diferencia. Nos partíamos de la risa cuando le oímos decir la ristra de lindezas que nos dedicaba. Y no somos tan malos, qué se creerá ella. No sé de qué instituto vendrá, pero por aquí son todos así. Yo, al menos, no he conocido nunca otra cosa. Las tutorías son horas de relax, de pasárnoslo bien, a costa de lo que sea, y de quien sea. Qué se le va a hacer. Menudos rollos nos tenemos que tragar ya con las materias de estudio, no, si encima vamos a trabajar con la tutora también en hora de tutoría. Anda, hombre. LLegó a la clase y nos dijo que íbamos a realizar una actividad en biblioteca. "¿Qué cosa?"Al unísono todos. Y mil preguntas. No nos dio respuesta. Solo dijo que saliéramos en silencio de la clase y fuéramos en silencio por el pasillo hasta la biblioteca. Demasiadas órdenes. Fuimos poníendonos la zancadilla, vociferando y llamando a todas las puertas de las clases vecinas. Lo normal, qué vas a hacer si todos lo hacen. Ella ya estaba riñéndonos y llamándonos al orden. Nada, lo que siempre pasa, enfadándose por esa bobada. Qué enfados más tontos. Al llegar a la biblioteca, todos a sentarse en la misma mesa y en la misma silla. Juerga morena y jaleo sin cuento. Otra vez llamada al orden y regañina. ¿Cuántas van? Lo clásico. Aburre. Madre, qué voces crispadas. Escuchamos lo que nos dijo pero no teníamos intención de cambiar. ¿Para qué? No íbamos a prometer lo imposible. Nos propuso la actividad y algunos no hacíamos más que despotricar, qué rollo y todo eso. Ya andábamos un poco hartos de tanta monserga. Pero mira, nos pusimos en grupos mixtos, como nos pedía y no nos quedó más remedio que participar, porque cómo se ponían de fieras. Por ganar al otro equipo se mataban. Cronómetro en mano, ella se propuso que nos picáramos entre nosotros. Y vaya si lo consiguió. Algunos se creían que les darían una medalla. Uf, qué manera de rebuscar en los estantes de la biblioteca. A la búsqueda de lo que habían escondido antes y siguiendo unas pistas. Ahora teníamos que recordar lo de tejuelo y organización de la biblioteca que escuchamos antes como quien oye llover. Y sin eso no podías encontrar el libro escondido. Nos picamos de verdad. Todos los equipos queríamos ganar, ser los más rápidos. Algunos se llevaban las sillas por delante al ir a buscar rápidamente. Qué risa cuando Manuel se la pegó contra la mesa y por poco no lo cuenta. Qué animal. Era la primera vez que alguno de nosotros pisaba una biblioteca. Para qué vamos a ir allí, si no leemos ni por obligación, ni los libros que nos exigen para aprobar. Aunque me he dado cuenta de que tienen revistas de caza y pesca. Ni me imaginaba que tendrían revistas de ésas. No está mal, ya iremos a darle un repaso, como otros se dedican a hacer los deberes en el rato del recreo, nosotros podíamos ir a leer sobre caza y pesca, que algo más interesante será. Así me gusta: tiene que haber lectura para todos; no vamos a ir todos en tropel a leer El Quijote. Mira, animación a la lectura está bien, pero por qué no vamos a leer cualquier cosa impresa, ¿no es lectura al fin y al cabo? Eso es lo que le dijimos y ella, pásmate, dijo que llevábamos más razón que un santo. Es que tiene unos dichos esta mujer. Pero por una vez dimos en la diana y no les pareció que éramos una panda de desalmados, como nos llama cuando ya no puede más.

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