Una terapia para Delia.

Delia no atravesaba el mejor momento de su vida. Se sentía terriblemente cansada y con poco ánimo. Trabajaba tanto que era imposible descansar al ritmo que se cansaba. No había horas suficientes para dejar su mente en blanco, no pensar en nada , sobre todo dejar de lado las preocupaciones diarias que la afligían hasta dejarla con esa impotencia existencialista y ese poco espíritu al final del día, cuando se sentaba por fin en su sillón favorito. Así las cosas ,Delia solía sincerarse con sus compañeros de oficina y siempre exclamaba "Estoy hecha polvo" cuando le proponían cualquier actividad lúdica para después de la jornada. "Me iré como un rayo ,si puedo con mi alma , a mi casa a descansar" Iba en ese plan aburrido que todos criticaban y nadie comprendía, tan joven, si no tenía ni 24 años y ya parecía una vieja carcunda... Por casualidad entró un día en una página web y leyó un buen rato . Estaba alucinada con aquello. Era un diario en la red de alguien que se sentía exactamente como ella. Tenía aproximadamente la misma edad y era una chica de Alicante. Se expresaba muy bien, con un buen vocabulario y una coherencia interna bastante sorprendente cuando lo normal es que la gente escriba estilo SMS para ir más rápido. Delia lo hacía casi siempre en plan informal. Ella no. La desconocida blogger de Alicante era formal y meticulosa. Todo explicado bien, con corrección idiomática y con un purismo que quitaba el hipo. Empezó primero a leer sus historias, como quien no quiere la cosa, por curiosidad. Se fue fijando en que la alicantina tenía los síntomas parecidos a los suyos. Leía y leía y se veía cada vez más reflejada en ella, y así se fue animando,por empatía, a dejarle unos cuantos comentarios en su blog titulado" Mundo insoportable". Ella solía contestar a sus preguntas con otras preguntas, como si fueran gallegas, en vez de una alicantina y otra cordobesa. Se intercambiaron las direcciones de correo, el "messenger "y llegaron a contarse sus respectivas vidas ocultas tras sus nicks "Antoinette" y " Edén". Poco a poco Edén fue captando la idea de escribir ella un blog como terapia, como profundización en su estado apático a semejanza de su ya amiga Antoinette. Se había entusiasmado con algo que parecía una bobada, una insulsa moda de los diarios en red. Y el cambio fue espectacular. Ya en el título puesto al blog podemos apreciar que había cesado ese negatividad imperante en su vida anterior: "Yo sí lo cuento". Se había dado cuenta de que su vida había estado a escasos milímetros de caer en el abismo, camino de un viaje sin retorno.