RelojesWeb.com
Cochambre inaudita: Raquel

viernes, julio 13, 2007

Raquel

Toda la mañana perdiendo el tiempo miserablemente. Ella no quería ni a tiros aprender nada de nada. Su madre le había pedido muy triste que ayudara a su hermana con las tareas que le habían dado para el verano. Un montón de ejercicios de Lengua, Matemática, Sociales, Inglés, hasta de Tecnología. Y aquella imbécil sin querer colaborar, mirando por la ventana, abanicándose todo el rato, diciendo que aquello no se iba a meter en la cocorota nunca, que no podía con el Inglés, ni con las Matemáticas ni Sociales. Que le dejara hacer el cuadernillo de Tecnología para ver si adelantaban algo y por lo menos lograba concentrarse en el trabajo del verano. Raquel ya no podía más. Su hermana no tenía corazón. No se daba cuenta de que si renunciaba a irse con su novio Felipe a la piscina era porque quería ayudarla en precisamente lo que necesitaba ayuda, no en las tonterías de Tecnología, que suspendió por no entregar los trabajos requeridos durante el curso. Esta niña es boba, tonta de remate. Y ella queriendo ayudar a esta mema. Su madre no sabía lo que le estaba pidiendo. Había suspendido cinco asignaturas porque le daba la gana. Pasaba a tercer curso de la ESO por Imperativo Legal pero dónde iba a ir ella con esa recua de suspensos en tercero, si es que no iba a poder con tanto. Su madre que la ayudara y la pelma esta sin querer ayuda, jorobándole la paciencia. Si ella tampoco quería estar entre cuatro paredes soportando el careto de la niña mimada que no da palo al agua desde hace tres cursos. La adolescencia más terrorífica del vecindario. Alicia era una niña encantadora en Primaria, buena estudiante, responsable, un estilo a ella. Fue llegar a 6º de Primaria y empezar los problemas tímidamente. Esos amigos que llegaron de no se sabe dónde, que nadie los conocía y con los que empezaron a tontear en el parque; esas contestaciones a su madre; esa dejadez en su cuarto; esa música extraña y atípica en su habitación. Raquel no veía igual a su hermana pero qué le iba a hacer. Ella había elegido esa pandilla y no podía estar diciéndole pestes de ellos. Las demás niñas de la pandilla tampoco le iban a la zaga a su hermana y ellas tan felices. Todos ignorando el problema. Su padre sin prohibirle nada y su madre dando los sermones habituales pero sin ningún resultado positivo. Ella como un cero a la izquierda, como la hermana paciente que ve venir el desastre y no sabe cómo pararlo. Queriendo ayudar y no sabiendo bien cómo. Alicia cada vez más alejada de ella, más autosuficiente. En fin que ahora tenía que vérselas consigo, ver si era capaz de aguantar las impertinencias de esta niñata que no veía más allá de su nariz. Tenían que ponerse a la tarea y lograr interesarla en lo que hacían juntas. Empezarían por Sociales, a memorizar datos para luego hacer las actividades del libro de texto. Si Alicia accedía en ese primer paso ya vería cómo se lo montaría en la siguiente sesión de estudio a destajo. Una victoria pequeñita, pequeñita, tan pequeñita que resultaría insignificante. Tendría que nadar contracorriente y contrarreloj con aquella hermana caprichosa y despiadada. Su hermana pequeña, al fin.

adopt your own virtual pet!
Google Maps Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.